Dieselgate. Nuevas vías para reclamar una indemnización.
Ni el tiempo, ni el hercúleo esfuerzo por parte del Grupo Volkswagen, con su siempre original departamento de publicidad a la cabeza de esta afrenta, ha podido hacer caer en el olvido las artimañas que se llevaron a cabo para reducir (únicamente sobre el papel) las emisiones contaminantes declaradas, lo cual es conocido mundialmente con el sobrenombre de dieselgate.
El origen y causas del mismo fue objeto de exposición en otro artículo del blog, titulado Dieselgate: ¿En qué consiste el fraude?
Como ya indicábamos, mediante una pura estrategia comercial el Grupo Volkswagen propugnó y abanderó bajo la nomenclatura bluemotion o bluemotion technologies la movilidad sostenible, eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Y no solo se redujo a vender automóviles respetuosos con la madre tierra con los famosos motores EA189, sino que existía un compromiso de plantación de árboles en alguno de los bosques Think Blue, que en suelo español radican en Navarra, Cantabria, Palencia y Ávila.
Esto es, el adquirente de uno de estos vehículos eficientes lo compraba en el convencimiento de que no solo contribuye al crecimiento de los bosques de forma directa, sino que por las características del automóvil estaba propiciando a la preservación de éstos en particular, y del medio ambiente en general.
Ante este escenario, el Grupo Volkswagen, aun habiendo reconocido la implementación de un software que altera las mediciones de gases, no ha procedido a indemnizar motu proprio a sus clientes europeos afectados. Todo lo contrario a lo acontecido en Estados Unidos, donde las indemnizaciones entraron en escena al poco tiempo de conocerse la existencia del fraude.
Sin embargo, recientemente se están abriendo nuevas vías de actuación para los compradores de los vehículos con motor EA189, afectados por el dieselgate, cuyo origen comparte patria con la marca: Alemania.
En el país germano se han sucedido las noticias acerca de las acciones judiciales interpuestas por los consumidores – compradores de estos vehículos trucados, existiendo dos llamativos asuntos, los cuales han finalizado con la indemnización a los demandantes a cargo de la marca.
Por un lado, Volkswagen ha llegado a un acuerdo con la Asociación Alemana de Organizaciones de Consumidores (VZBV) para cerrar el mayor pleito entablado contra la marca hasta el momento, en el que han estado personados aproximadamente unos 300.000 clientes afectados ante la Audiencia Territorial de Braunschweig. Dicho acuerdo ha establecido indemnizaciones de hasta el 15% del precio total del vehículo, dependiendo del modelo y antigüedad, en concepto de pérdida valor del mismo en el mercado de segunda mano. Este acuerdo solo es aplicable a los que tuvieran su residencia en Alemania en el momento de la compra, por lo que excluye si no a la totalidad, prácticamente a todos los afectados españoles.
Sin embargo, sienta un precedente, al reconocerse de manera explícita por Volkswagen tanto la existencia del software malicioso, como la disminución del valor de los vehículos. Cuestiones que pueden argumentarse en vía judicial ante los Tribunales españoles para la obtención de una indemnización por los perjuicios ocasionados a raíz del dieselgate.
Por otro lado, también como decíamos en Alemania, se ha obtenido una importantísima sentencia, esta vez del Tribunal Federal Alemán, el equivalente al Tribunal Supremo en España, por la que se condena a Volkswagen a indemnizar a su cliente por el total del precio del vehículo trucado menos un porcentaje aplicado por pérdida de valor por el uso del mismo.
Estos procedimientos aun siendo en un país vecino, tendrán, lógicamente, un importante calado en los procedimientos judiciales entablados en territorio español. Y ello es así debido a que:
- Existe un expreso reconocimiento de implementación del software fraudulento y de pérdida de valor del automóvil por parte de la marca. Esta pérdida de valor, como es natural, afecta a todos los clientes, no solo a los residentes en Alemania al tiempo de la adquisición del vehículo.
- El más alto Tribunal Alemán incluso ha ido más allá, y ha entendido que la implementación del motor trucado es de tal importancia que supone un vicio en el contrato de compraventa por el cual se adquirió, obligando al comprador a devolver el vehículo en el estado en que se encuentre, y recibiendo por éste el importe por el que se adquirió reduciéndolo en parte por uso dado.
Todo lo anterior supone que estamos ante un inmejorable escenario para que los clientes españoles puedan acudir a la vía judicial para resarcir los perjuicios ocasionados por el dieselgate.
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Autor: Daniel García Mescua
Abogado del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla